Después de la fecundación, al finalizar la primera semana, el huevo que por segmentación pasó por el estado de mórula y que luego de formarse una cavidad se convirtió en blastocisto, se implanta por su polo embrionario en la mucosa uterina gracias a la actividad histolítica del trofoblasto. En la segunda semana, se forma el disco embrionario y el endodermo se diferencia del macizo celular inicial o ectodermo; cuando aquella finaliza, se produce la línea primitiva. En la tercera semana, cuando se desarrolla la tercera hoja embrionaria, el mesodermo, inicia el proceso de gastrulación. Esta nueva hoja se forma a partir de células del ectodermo que proliferan en profundidad desde la línea primitiva y el cuadrante posterior, se expanden con rapidez a lo largo y a lo ancho del embrión y, luego, se diferencian.
En su evolución, el mesodermo originará la notocorda, el mesodermo paraxial, la hoja intermedia y la hoja lateral.
- A partir de la cuerda o notocorda, se formarán las vértebras
- El mesodermo paraxial o mesodermo dorsal se segmentará y se formarán las somitas. Estas aparecen alrededor del 16.º día en la región cefálica y prosiguen hacia la región caudal. Al final de la quinta semana, es posible contar unas 40 unidades.
- La hoja intermedia es conocida también con el nombre de cordón nefrógeno porque allí se origina el aparato urinario. Participará parcialmente de una fragmentación similar a la somítica (nefrotoma), ya que la porción caudal no presentará divisiones.
- La hoja lateral se divide a su vez en dos nuevas hojas; una de ellas, íntimamente asociada al endodermo, constituirá la esplacnopleura y la otra, que recubre el ectodermo, la somatopleura.
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